La primera vez que escuché a Bikôkô sentí que su música me atravesaba por completo, fue un flechazo. El nuevo EP de la artista, ‘Aura aura’, tiene mucho de R&B y neosoul pero, sobre todo, es un trabajo de experimentación que va más allá de las etiquetas. No te resistas, dale al play y bucea a través de sus sonoridades. 

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El otro día te vi en el concierto que hiciste en la asociación sociocultural El Pumarejo. Era tu primer directo en Barcelona y cautivaste al público. Creo que todos nos emocionamos, fue increíble, ¿Cómo te sientes en el directo?¿Cómo ha sido saltar al live a nivel musical? 

Cuando me dijeron que haría este concierto, estuve una semana intensa adaptando los temas al sonido en directo para poder darles un poco más de juego porque, cuando hice mi primer ensayo, me di cuenta de que los temas no estaban preparados. Tenía que conseguir que los músicos pudieran entrar a tiempo, que todo fuera más conciso y no se hiciera repetitivo.

Antes de ese concierto no había hecho un live y fue algo en lo que tuve que trabajar. Tuve la ayuda de mi padre (Jules Bikôkô) que lleva años tocando y me pudo dar directrices. Fue algo muy nuevo para mi porque yo estoy muy acostumbrada a grabar en un ordenador sola pero ahora, encuentro el directo incluso más divertido. Te da más pie a la improvisación, a que todo sea un poco más orgánico. Estoy disfrutando muchísimo de presentar mi visión y que guste, es un verdadero placer.

En el escenario nos contaste que tu disco representa un día en tu vida, desde que te levantas hasta que te acuestas ¿Cómo has trasladado esa idea a un plano musical?

Cuando me vino la idea de hacer el EP conceptual con las diferentes partes del día, lo primero que hice fue pensar en canciones que me recordaran o yo escuchara en esos momentos. Por ejemplo, una canción que siempre me ha recordado al amanecer o despertar, es ‘Rise’, de Solange. Por eso, supe que la primera canción del EP tendría muchas armonías.

Luego, para canciones como ‘Feel like’, me fijé en una de las artistas que escucho mucho después de comer, Erykah Badu. Y para el tema de la noche, que es más melancólico, me inspiré en los temas románticos de Sabrina Claudio. Jugar con mis influencias, coger esa vibración y darle mi toque personal.

A parte de estas, ¿qué referentes te han ayudado a encontrar tu propio sonido? 

Mis inspiraciones son muy variadas, me veo ahora escuchando canciones que escuchaba de pequeña como el son cubano de Buena Vista Social Club o Fela Kuti, que ahora es uno de los artistas que más escucho. Pero diría que lo que más ha influenciado mi sonido es el R&B, neosoul de los 90 y los 2000 como Erykah Badu, D’Angelo, Laurin Hill y Outkast. Y luego, desde los últimos años, me he inspirado mucho en los ritmos de África del oeste y de Tanzania, que me cautivan mucho por la estructura cíclica que tienen y creo que eso, combinado con la armonía y la melodía del neosoul, crea un sonido muy rico que me encanta. 

¿Cómo definirías tu música?

Es una pregunta difícil (ríe). Yo diría que, quizás, es una mezcla entre percusión africana y afrobeat y quizás la armonía o melodía es más neosoul. Una mezcla entre ritmos africanos y neosoul. 

¿De dónde sacas las fuentes de sonido? Qué programas, máquinas o pluggins utilizas?

La mayoría de los sonidos que se oyen en mi EP son de Ableton o Logic, los que hay en stock. A veces, con un algún pluggin quizás cambio algo o hago un poco de EQ para que suene diferente. Y luego, lo que es más característico es toda la percusión que hay. La he hecho con un pluggin que se llama West Africa que mi padre me enseñó y lo uso para todo. 

Desde BSO, hemos tenido la suerte de poner nuestro granito de arena en la producción de tu disco ¿Cómo has sentido este acompañamiento?

Fue un cambio enorme. De oír mi música, hecha por mí, en mi ordenador a que, después, me devolvieran los masters con la mezcla bien hecha… Me puse a llorar de la emoción porque cobró una vida totalmente diferente. Yo estaba en Londres así que, con Guillem Ibáñez, lo hicimos todo a distancia. Fue un verdadero placer hacerlo con vosotros, la verdad.  

Tu música es íntima y vibrante. Parece que tienes algo magnético.  Cuando compones ¿Cómo es tu viaje? 

Depende mucho de cuál sea la primera idea que me viene. A veces, es una melodía o un ritmo y, como salen en momentos espontáneos, lo que hago es que cojo el móvil y la grabo. Y luego, depende de cómo sea la idea, empezar a trabajar a partir de allí. Si es una melodía pues un día sentarme, grabar unas voces, hacer armonías y a partir de allí añadirle unos tambores o a veces al revés, nunca es muy metódico. Y la letra, normalmente, es lo último que hago.

Tienes 19 años. Creo que, los de tu generación, habéis tenido unos inicios muy complicados ¿Cómo ha sido componer en plena pandemia? ¿Crees que ha afectado a tu forma de trabajar?

La verdad es que sí que lo noté mucho pero no para mal. La cuarentena la pasé aquí en Barcelona y ya hacía unos meses que tenía la idea de trabajar en el EP. Lo que pasa es que, viviendo en Barcelona, siempre hay algo que hacer. De repente, estar encerrada en casa y tener todo el tiempo del mundo para trabajar… Era un ambiente ideal para componer. El lanzamiento sí que fue más difícil. Lo ideal hubiese sido presentarlo en directo cuando salió, que fue en enero, y no pude hacerlo hasta hace poco. En parte, creo que me puede haber salido bien porque así he podido hacer cambios y adaptarlo live

¿Cuándo supiste que querías dedicarte a la música?

Pues, no tengo recuerdo de un momento concreto. Creo que desde pequeña me había llamado la atención. Mi padre es músico y mi madre artista, así que nunca lo vi como algo inviable. A medida que iba creciendo, creo que llegó el punto en el que no me imaginaba haciendo otra cosa y pensé en tirar por aquí, a ver qué tal. 

 

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Formas parte del colectivo CUTEMOBB. Sois todos de la misma generación pero muy diversos y os dedicáis a ámbitos diferentes. Más allá de la edad ¿Qué os une?

Yo diría que, aunque hay muchas personas de disciplinas diferentes, hasta con estilos de vida que no tienen nada que ver o intereses distintos, nos unen las ganas de crear un ambiente en el que se pueda potenciar la creatividad y estar con otros artistas. Si miras en sitios como Londres o en EEUU, donde la industria es mucho más potente, hay muchas más posibilidades y gente con la que te puedes juntar. Cuando nosotros empezamos, aquí en Barcelona, echamos en falta un lugar en el que pudiéramos estar invitados y hacer colaboraciones, por eso se hizo el colectivo.

¿Cómo te sientes en relación a la escena musical actual? 

La escena musical actual es, al menos por lo que estoy viendo, más diversa que nunca en cuanto a géneros musicales y maneras de hacer. Si lo comparo con hace 50 años, hay muchas más posibilidades de, desde tu habitación, hacer la música que te gusta y poder conectar con una audiencia que está en la otra punta del mundo. Creo que, en ese sentido, la manera de hacer música se ha democratizado. Entonces, o te descubría alguien o tenías mucha suerte o tu familia tenía dinero, era mucho más difícil vivir de la música que hoy. También, hay mucha más competencia pero yo lo veo todo desde un lado más positivo porque al final también hay muchas más posibilidades de colaborar con gente, aunque esté lejos. Los que estamos empezando, estamos intentando usar todos los recursos que tenemos, ya sea Youtube, Instagram o toda la tecnología que existe para hacer música.

Veo que prestas mucha atención a la moda, la imagen, la puesta en escena. También bailas ¿es casualidad o forma parte de un concepto?

Un poco de todo. Para presentarme en vivo quería tener una imagen cuidada que fuera, mano a mano, con mi música. Con eso, he tenido mucha suerte. Estoy creando un pequeño equipo con Jon (@jonmorales__), que es mi estilista y Melisa (@bissamorena), que es la chica que me hace el make up. Hablamos al principio de todo, les expliqué un poco lo que quería y me han pillado el rollo muy pronto. Ahora, en cada concierto, ellos tienen propuestas y con ideas de cómo acompañar. Depende del sitio donde toque actuar, me proponen una cosa o la otra. Para mí, lo primero siempre es la música, aunque ayuda tener recursos para presentarla de una forma más coherente y bonita. 

¿Quieres aprovechar y hacer un poco de promo?

Sí, el 15 (de julio) estaré en ‘Els vespres de la UB’ y luego actuaré, en septiembre, en el festival Brillante que se hace a las afueras de Madrid.

Texto: Mar Pons